miércoles, 9 de septiembre de 2009

LA PERSEVERANCIA

“La falta de actitud acaba convirtiéndose en falta de caracter." Albert Einstein.

Estoy de acuerdo con esta cita, aunque tengo en reproche para el genio el no haberla formulado en positivo, ya que en positivo también es verdad: “Mantener una actitud positiva acaba convirtiéndose en virtud de carácter”.

Disculpe quien lea, el hecho de que frecuentemente acabe recurriendo a ejemplos bélicos para clarificar lo que quiero decir, cuando hablo de miedo. Los instructores militares saben muy bien que quien se fuerza a cometer actos de valor en la batalla, acaba incorporando este valor a su carácter, y de esta forma deja de ser “fingido”. Seguramente los psicólogos dirían mucho al respecto, pero parece ser inherente al ser humano, que cuando mantiene una conducta determinada, dicha conducta acaba conquistando su subconsciente de tal forma que el sujeto pasa a realizarla con total naturalidad, pasa a ser falta o virtud de su carácter. La aceptación de este hecho debe llenarnos de optimismo, pues en su formulación positiva derrumba muros que tenemos instalados en nuestros corazones, uno de ellos es la gran mentira de que la gente no cambia. Cuántas veces hemos encajado comentarios sobre nuestra forma de ser, recibiendo la coletilla de que siempre serás un tal o un cual. Cuántas personas tienen su autoestima encerrada entre barrotes mentales que les señalan cómo son inamoviblemente. Desde aquí le digo a todo aquel que quiera escucharme, que es mentira que no se pueda cambiar el carácter para bien, se puede, y la única forma que conozco es desde la conducta, desde la actitud.

Hay quien dice que, aunque hayamos puesto nombre a nuestras emociones, positivas y negativas, el ser humano realmente, sólo es capaz de sentir dos diferentes, una de cada, en diferentes intensidades, pero dos vibraciones sólo al fin y al cabo; amor y miedo. Mirando en mi interior, no sabría decir si cuando siento odio, celos, rencor o envidia, entre otros malos sentimientos, en realidad, sólo estoy sintiendo miedo. O si cuando siento fe, optimismo, romanticismo o determinación, en realidad sólo siento amor. Lo que sí se decir, es que sé cuando un sentimiento, tenga el nombre que tenga, me hace sentir bien, y cuando me hace sentir mal. O muy bien, o muy mal. Y también sé, que cuando siento miedo, éste puede llegar a invadirme de tal forma, que altera la percepción de todo lo que reciben mis sentidos, y puede llegar a paralizarme, llevarme a decir o hacer cosas que en realidad no deseo, puede en definitiva y frente a una situación en concreto, convertirme en mi enemigo, y no en mi mejor amigo, que es quien realmente soy.

Uno de los reproches que podemos hacer la mayoría de veces cuando recibimos un consejo, es que sabio o no, suele estar basado en decirnos el “qué” tenemos que hacer frente a una situación determinada, pero rara vez nos dice “cómo” tenemos que hacerlo. Y claro, como rara vez prestamos atención a esta sutileza, nuestra vocecita interna empieza hablar, antes incluso de que nuestro interlocutor haya acabado su consejito, y nos dice: “Claro desde fuera se ve muy fácil”. No me atrevería a catalogar de arrogancia el mal encajar que tenemos habitualmente para ellos, pues, quién no ha recibido alguna vez un consejo evidente, de esos que te dejan cara de tonto, y que a menudo sufrimos de personas estimadas, con las que ni siquiera podemos permitirnos la pataleta del sarcasmo. Los sabios de todos los tiempos han gastado océanos de saliva en reiterar que frente a cualquier decisión obrar sintiéndose bien acaba brindando a nuestros pies los frutos del éxito. Toda situación que experimentamos se ve forzosamente filtrada a través de nuestro sentir en ese momento. La percepción es subjetiva, siempre. Cuando sentimos miedo, el miedo será quien filtre nuestras percepciones. Cuando sentimos amor, será éste quien lo haga. Pero ¿Puede un guerrero sentir miedo y luchar como un valiente? Sí, puede. Tenemos el poder de controlar nuestros pensamientos y también nuestras actitudes, y con ello acabamos controlando nuestros sentimientos por poderosos que puedan parecernos. Todos hemos sentido la sensación de frustración, por querernos sentir de una manera diferente a la que nos sentimos en un momento determinado, y no conseguirlo instantáneamente. Todo talento requiere práctica.

Una de las virtudes del carácter cuando lo apuntalan el amor, la determinación, el coraje, y muchas otras cualidades de un alma hacia el éxito de propósito, es la perseverancia. La perseverancia, que no la tozudez del necio, es una virtud de carácter. El miedo, la inseguridad, la dilación, y todos los demás hijos de la pobreza de espiritu, no son promotores de perseverancia. Anhelan en vez de esperar con fe y seguridad. Desconfían en vez de abrir sus puertas a la oportunidad. Critican, en vez de valorar. Empobrecen y poseen el monopolio del vil arte de asesinar sueños.

El miedo provoca una situación viciosa en sí misma, pues quien actúa con miedo favorece siempre resultados adversos para el bienestar, y dichos resultados no pueden, si bien se analiza, provocar otra cosa que más miedo, y por tanto más miedo, y más miedo. Quien se vea precipitado en esta espiral del miedo, que no es otra que la de la pobreza de carácter y la desesperanza, ha de saber que ésta es sensible al filo de una espada llamada Perseverancia. La perseverancia se puede imponer en nuestro carácter a fuerza de imponerla en nuestra actitud. Si nuestra actitud es la de un ser valeroso, por mucho miedo que albergue nuestro subconsciente, acabaremos inoculándola en éste que la hará suya para siempre. Si hacemos de la perseverancia un hábito forzado, domaremos a nuestro subconsciente que la acabará recibiendo y, por fin, ejerciendo con naturalidad. Y ese día nos damos cuenta que perseverar es fácil, porque ya no es una actitud forzada, ya que nuestro carácter la ha hecho suya. Y entonces quien nos sorprende es nuestro yo actuando con entereza desconocida en situaciones en las que en otro tiempo habríamos dicho, eso no puedo hacerlo yo porque yo soy muy tal, o muy cual. Y observaremos que donde antes nos forzábamos a dar un paso más, ahora lo hacemos con placer.

La práctica de la perseverancia en la actitud es una llave que cuando la transmutamos en virtud de carácter abre las puertas de nuestro subconsciente a los buenos sentimientos. La espiral en la que entramos en ese momento es la espiral del amor. Viciosa en si misma también, pues quien actúa con amor favorece resultados que propician bienestar, y dichos resultados no pueden, si bien se analiza, provocar otra cosa que más amor, y más amor. Mi intención de prensar todos los buenos sentimientos en la palabra amor, y los malos en el miedo en el principio de mi exposición, no era otra de suplicar a todo aquel que quiera entender lo que mis palabras traen consigo, que no se pierda en definiciones. El meollo de lo que aquí explico es que el “cómo” reside en forzarnos a dar un paso más, con la sabiduría de que pronto se convierte en carácter puro y deja de ser forzado. En actuar aunque sea de forma fingida, como lo haría un corazón saturado de fe. Hacernos del hábito de la perseverancia funciona como la gravedad en caída libre. Su presencia aumenta por sí sola cada vez más la velocidad. No requiere de un gran esfuerzo, sino de pequeños esfuercitos sin aparente poder, pero que te cambian la vida.

Si has creído o te han hecho creer que eres débil de carácter y que así será para siempre, te equivocas. La debilidad de tu carácter la fabricó la debilidad en tu actitud y pensamiento, y de la misma forma que se mal-construyó, se puede bien-reconstruir. El carácter puede esculpirse para bien o para mal desde los pensamientos y la actitud. Si quieres hacerlo fuerte, y propicio para los buenos sentimientos que te empujen al éxito, el cincel que te propongo para conseguirlo, se llama perseverancia, para mí, Bendita Perseverancia.

Akhennion.


Tomado de:
http://sincangueles.jimdo.com/theakhennion-s-blog/la-perseverancia-es-una-espada/

lunes, 8 de diciembre de 2008

Los amos del mundo


Contra la deshumanización, como estilo de vida.

Harto ya de estar harto, diría el gran poeta Serrat, pero mucho más que eso, es la náusea.

Ni izquierda ni derecha. Apenas , lo necesario para denunciar la deshumanización.

Transcribo a Arturo Perez Reverte, quien lo resume mejor que nadie.



LOS AMOS DEL MUNDO
Arturo Pérez-Reverte
Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los
cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos,
en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y
el de sus hijos.
Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al
paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del
cero coma cero cuatro.
Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una
ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron
un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid
o a la de Wall Street , y dicen en inglés cosas como long-term capital
management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos
multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como
quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura,
pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un
furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni
siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una
recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a
ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos
expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por
hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden
ellos, cuando pierden.
No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones
fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía
productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y
con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y
subirse al carro.
Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es
mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de
prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.
Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de
la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano,
y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se
embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego
se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos
ellos y a sus representados.
Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en
la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos
por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo
especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada
día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la
espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas
de divisas. Y esto, señores, es Jauja.
Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus
fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso:
alto riesgo de verdad.
Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos
especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía
mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras
que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y
para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas,
no.
Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos
pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al
Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.
Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son
colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas
de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y
chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar
la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a
veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión
empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo
largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana
para ganarse la vida.
Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda
externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros
de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.
Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los
amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto
neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de
tanta poca vergüenza.
Y AHORA... A QUE TE SUENA ESTO

martes, 18 de noviembre de 2008

La entropía que no entendimos




El movimiento constante, induce al cansancio.


Cansancio de solo verlo.


Cansancio de no entenderlo.


El movimiento, incomoda.


Y si no hubiera movimiento...?


Y si finalmente se estabilizara...?


Y si se congelara Heráclito...?


Quizás no lo podríamos soportar, ni siquiera como concepto.


Añoraríamos la áspera dinámica, que es también muy parecida al desorden de la vida misma.




Citado por la Dra. Esther Díaz:


Jorge Luis Borges, en “La doctrina de los ciclos”, lo expresa de esta manera: “Esa gradual desintegración de las fuerzas que componen el universo, es la entropía. Una vez alcanzado el máximo de entropía. Una vez igualadas las diversas temperaturas, una vez excluida (o compensada) toda acción de un cuerpo sobre otro, el mundo será un fortuito concurso de átomos. En el centro profundo de las estrellas, ese difícil y mortal equilibrio ha sido logrado. A fuerza de intercambios el universo entero lo alcanzará y estará tibio y muerto. La luz se va perdiendo en calor; el universo, minuto por minuto, se hace invisible. Se hace más liviano, también. Alguna vez, ya no será más que calor: calor equilibrado, inmóvil, igual. Entonces habrá muerto.” (Obras completas, Buenos Aires, Emece, 1989).

sábado, 15 de noviembre de 2008

Materialismo histérico



Más de lo mismo.
Trabajar para tener, tener para ser, para gastar.
Acumular , hasta que no quede espacio.
Comprar espacio para acumular.
Leer para referir, referir, para impactar, impactar para ganar, ganar para consumir.
El tiempo pasa y es tan bellamente indiferente a mi cosmovisión.
Trascendencia en cuotas.
Vida transpolada en créditos...créditos para pagar otros créditos, para pagar otra vida.
Y el ideario imposible en una pantalla conectada a Internet.
Sos una entelequia de lo que querías evitar.
El trabajo te trabaja, los libros te leen, las palabras hablan por vos.
Y cada vez sabes más que es lo que no quieres.
Mientras tu mundo se hace más pequeño, los radicales libres hacen su trabajo.
Tu mundo se hace cada vez más pequeño y sabes que cada vez sos más pobre de tiempo.
Y un microsegundo antes del infarto , entiendes que estabas equivocado.

jueves, 9 de octubre de 2008

Competir...¿contra quien?


Tenemos metido hasta en el ADN una cultura de la competencia.

Todo se resuelve como un jueguito: ganador o perdedor.

Y en lo personal, la competencia no me asusta.

La incompetencia, si.


El problema aparece cuando se vuelve un espíritu obsesivo de competencia.

Carrera de ratas o de ratoncitos ciegos, parafraseando a Agatha Christie.


A continuación, transcribo una reseña del libro de Konrad Lorenz "Los ocho pecados mortales de la humanidad civilizada". Me pareció interesante.



La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión. Tal como lo he detallado en mi trabajo “Innate bases of Learning” [7] , a lo largo del enigmático proceso de hominización muy probablemente jugó un papel decisivo el hecho de que ese ser que con tanta curiosidad exploraba su medio ambiente, un buen día se descubrió a si mismo en el campo visual de su investigación. Este descubrimiento del propio ser no tiene en absoluto que haberse producido con aquél asombro ante lo hasta ayer sobreentendido que dio nacimiento a la filosofía. El sólo hecho de que, pongamos por caso, la mano sensible que aprehende llegó a ser vista y comprendida como una cosa del mundo exterior, al lado de las cosas externas aprehendidas y percibidas por el tacto, tiene que haber establecido una nueva relación cuyas consecuencias se hicieron determinantes de toda una nueva era. Es imposible que un ser desarrolle el pensamiento conceptual, el lenguaje hablado y la conciencia moral responsable si todavía no ha tomado conciencia de la existencia de su propio ser interior. Un ser que deja de reflexionar corre el riesgo de perder todas estas cualidades y todos estos caracteres específicamente humanos.
Una de las más malignas consecuencias de la ansiedad frenética, o bien y quizás del miedo directamente producido por esa ansiedad, es la evidente incapacidad de los hombres modernos de quedarse solos incluso por cortos períodos de tiempo. Evitan cualquier posibilidad de introspección y de meditación con temerosa diligencia, como si tuviesen miedo de que la reflexión los enfrente con un horrible retrato de si mismos, de un modo similar a lo que describe Oscar Wilde en su clásica novela de terror “The Picture of Dorian Gray” [8] . La cada vez más extendida adicción al ruido – que hasta resulta directamente paradójica en vista de la neurastenia generalizada – no se explica más que por el hecho de que algo debe estar teniendo que ser anestesiado. En ocasión de un paseo por el bosque, mi esposa y yo de pronto escuchamos una radio portátil cuyo barullo se aproximaba rápidamente y que un joven de unos 16 años llevaba en el portaequipaje de su bicicleta. Mi esposa observó: “¡Éste tiene miedo de escuchar el canto de los pájaros!” Yo creo más bien que solamente tenía miedo de verse por un solo instante en el peligro de encontrarse consigo mismo. Personas que por lo demás son bastante intelectualmente exigentes, ¿por qué prefieren las directamente estúpidas transmisiones comerciales de la televisión antes de quedarse a solas consigo mismas? Con toda seguridad sólo porque esto les ayuda a reprimir la reflexión.
Los seres humanos sufren, pues, bajo las presiones nerviosas y espirituales que les impone la competencia con sus semejantes. Aunque desde la más tierna infancia resultan adiestrados para ver progresos en todas las demenciales manifestaciones de esta competencia, es justamente en los ojos de los más progresistas que más nítidamente se puede ver el miedo que los impulsa, y son los más capaces y los más adaptados a “los tiempos que corren” quienes mueren de infarto particularmente pronto.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Creciste en los 80?

Sin pretender ponerse en nostalgiosos...entendamos que aquellas aguas trajeron estos lodos.
En definitiva, uno también es todo lo que arrastra.
Copio este post, que me pareció bien hecho (salvando los errores de tipeo):
http://www.taringa.net/posts/offtopic/1437993/¿Creciste-en-la-década-de-los-ochenta.html

¿Creciste en la década de los ochenta? Entonces viste… Los Dukes de Hazzard, el Superagente 86, The Ghostbusters, Blanco y Negro, V Invasión extraterrestre, Brigada A, Música Total, Heidi, el video de Thriller, las películas de Tiburón, Delfín y Mojarrita, los Sábados de Super Acción, He-Man, MacGyver, E.T., Titanes en el Ring, Top Gun, las novelas de Verónica Castro, Finalísima, la publicidad de By Deep con Patricia Sarán, Margarito Tereré, Rambo, Mazinger Z, El Chavo, la Pantera Rosa, Telemach, Benny Hill, Sábados de la Bondad, Badía y Compañía, El Club de Michel Jackson con Domingo Dinubila, La Isla de Gilligan, Las gatitas y los ratones de Porcel, Meteoro, Astroboy, Los Picapiedras, Pelito, Mesa de Noticias, Los Bicivoladores, Volver al Futuro, Magnum, la publicidad de Durax con Jorge Martínez, Terminator, Chips, División Miami, Viajeros, Footloose, Fama, Los Pitufos, Dallas, Festilindo, Amo y Señor, La Noticia Rebelde, Petroccelli, La Ola VErde, Verano Azul, La Isla de la Fantasía, Grease, Mork y Mindy, Muchacho Lobo, Operación Ja Ja, El Increible Hulk, Tootsie, Mister Magoo, Plaza Sesamo, El libro gordo de Petete, Indiana Jones, El planeta de los simios, Pesadilla en lo profundo de la noche, las Mil y Una de Sapag, Crecer con papá, la pandilla de la computadora, la familia Ingalls, La historia oficial, Buenas tardes mucho gusto, el Club 700, El deporte y el hombre, el pulpo negro, Martes 13, Flamingo Road, Remington Steel, La profecía, Aunque usted no lo crea by Ripley, Muelle 56, El crucero del Amor, Cupido Motorizado, Johnny Allon presenta, Hico el caballito valiente, Hiperhumor, Función Privada, El pájaro canta hasta morir, 10 la mujer perfecta, Telescuela Técnica, Aprendijuegos, La película sorpresa, Lazos Familiares, el video de Cuando Pase el Temblor, Cantaniño, Disneylandia, las calles de San Francisco, el show de Patsy, El hombre del doblaje, Seis para triunfar, Nueve semanas y media, Falcon Crest, El hombre de la Alántida, Webster, Alf, Los super amigos, Galactica, Los transformers, Piernas locas Crein, Robotech, La publicidad de Jockey con Susana Romero, Calabromas, botica de Tango, El arte de la elegancia de Jean Cartier, LA vengadora, Flashdance, Amandote, Dos para una mentira, Matt Houston, Baretta, Dirty Dancing, Joe 90, BJ, Sheriff Lobo… … Y usaste… las Adidas New York, los relojes con calculadora, la lapicera Parker, los sweters de punto inglés, las bicicletas cross con tanquesito de nafta, la ropa Sun Surf, los carritos con rulemanes, el corte taza , los pantalones desflecados, los walkie talkie, la colonia Pibes, los televisores grundig “Caro… pero el mejor”, la Drean Commodore 64, el Miky moco, los jeans Fiorucci, la honda Custom, la Boligoma “bopolipigopomapa una sola pasadita”, los botines Fulvecito, el borratinta Pelican, la ropa deportiva Dipportto, el papel araña, la lapicera Sheffer, la colonia Coqueterías, los Chasqui boom, los productos Hello Kitty, los aparatos en los dientes, los pantalones nevados, los Pony, los anteojos espejados, las ojotas banana, los centros musicales, la revista Flash, las pistas de patinaje sobre hielo, los pantalones Diller, el Samba, las motitos Garelli, los libros Elige tu propia aventura, el Simon, las hojas canson, los Kalquitos, los germinadores, los vasitos plegables, los grabadores monoaurales, las zapatillas con abrojo, las botas tejanas, la ropa angelo Paolo, los jeans Tavernitti, las Nike Feraldi, los pitucones, la permanente, la revista Libre, la lapicera 303, la colonia Paco, la ropa verde agua y salmón, las Topper náuticas, la revista Goles, los sacos a lo Sergio Denis, el simulcop, las botas de lluvia Topper, el corte cubano, las bicicletas de carrera, la camiseta de Boca con la publicidad de Vinos Maravilla, o la de River con la de Fate, los pantalones Little Stone, el manual Kapeluz, los sobretodos negros, las Adilets, las pinturitas Tammy, los zoquetes con pompon, los patines con cuatro ruedas naranjas, la brillantina, los corbatines, los pantalones Pirueta… … Y naturalmente probaste… el naranjú, el topolin, la gaseosa Montain Dew, los alfajores Capitan del espacio, el helado Patalin, los caramelos Fizz, el Zucoa, las pastillas Yapa, los Tubby 3 y Tubby 4, la gaseosa Fini de litro y cuarto, las hamburguesas de Pumper Nic, el helado de crema del cielo, el vino Resero, los cigarrillos 43/70, el champagne Monitor, el postre Sandy, los quesitos Addler, el chocolate Toblerone, la Coca Cola de litro en envase de vidrio y la de dos litros con la base de plastico negro, el chocolate Grafitti, las mielsitas, el chocolate paraguitas, el Añejo W, las pastillitas Punch, los caramelos Frutifru, los chicles Jirafa, el chocolate Aero, el jugo Montefiore Custodiado, el chocolate Amore, los Tutuca, la gallinita, las moneditas de chocolate, el turrón, la gaseosa Tab… … Y muy probablemente jugaste… con los Mis Ladrillos, el bombero loco, el yo-yo Taka, los Poketers, los autitos Galgo, el Super Bolido, las figuritas de Frutillitas, el Rey Momo, los topi, las bolitas japonesas, los playmovil, las cartitas Tope&Cuartet, el Miky Moco, el cubo mágico, el pac-man, los autitos playeros con cucharitas, al estástico, al mensu, con los muñecos Topi, el camion de BJ, los autitos Duravit, las muñecas Fluorella Sabor, el Tiki Taka, en el Italpark, en Interama, con el Coleco Vision, la patineta, los temerarios, las bombuchas, el Simon, el tinenti, los chascos, el estanciero, el juego de la vida, el carrera de mente, el ludomatic, el ula ula, los muñequitos de mi pequeño pony, los calquitos, los relojes con jueguitos, la pelota Tango a verdad o consecuencia, al semáforo, al stop, al quemado, a la mosca, al poliladron, al hoyo y quema, a la tapadita, a la chupadita, al rango, alos caballitos, al metegol-entra, al veinticinco, al tutti frutti, a la papa, al TEG, a la manche congelada, a la mancha venenosa… … Y seguro escuchaste… el tema “nosotros somos el mundo” del disco USA for Africa, a Lionel Richie, a los Parchis, Menudo, Tremendo, Pablito Ruiz, “Murmullo descuidado” de Wham, “Uno, dos, ultraviolento” de los Violadores, “Tirá para arriba” de Miguel Mateos - Zas, “las chicas solo quieren divertirse” de Cindy Lauper, “solo llamé para decirte que te amo” de Stivie Wonder, “Cada vez que respiras” de The Police”, “La úlitma cuenta regresiva” de Europe, a Village People, Sergio Denis, Pimpinela, las Primas, Tormenta, Jose Velez, Juan “corazón” Ramon, Pedrito Rico, “lollipop” por las Viudas e Hijas del Roque Enroll, a Duran Duran, Demisse Roussos, Richard Clayderman, A- ha, The cure, “Camina como un egipcio” de The Bangles, “puerto Pollenza”, a Silvio Rodriguez y Pablo Milanes, Eddy Sierra, Cesar Banana Pueyrredon, Luca Prodan, Guillermito Fernadez, “La isla bonita” de Madonna, a Boy George, Bon Jovi, “Wadu Wadu” de Virus, “Puedes dejarte el sombrero puesto” de Joe Cocker, Git, “solo le pido a Dios” de Leon Gieco, “himno de mi corazón” de los Abuelos de la Nada, “billy Jean” de Michael Jackson, “Heroes” de David Bowie, Queen, Phil Collins, The Mission, The Bolshoi, Billy Idol, “Sobredosis de TV” de Soda Stereo, “DonJose” de los Intocables, “Via Mexico” de Sueter, los Twist, “la rubia tarada” de Sumo… … Y quizás te acuerdes de… Jorge Comas, el cajon de Herminio Iglesias, el breakdance, Claudio Borghi, Jose de Zer, Chichita de Arquiga, Gachy Ferrari, el plan Austral, Carozo y Narizota y el Profesor Gabinete, Nelson Piquet, Pierre Nodoiuna, Verónica Castro, Martco Estel, Johnny Tolengo, Goma-Goma, Florencia Canale, Marcelo Marcote, los autos negros de Lotus, Jose Luis Cuchiufo, la disco New York City, Arnaldo Andre cacheteando a la Kuliok, Julieta Magaña, Poncharello, Leroy de Fama, Gargamel, JR Ewing, El hinca de Camerun, El Señor Televisor, la mano de dios, Marcelo Dos Santos, el “Facha” Martel, las manos mágicas, el Bufalo Funes, Pedrito Salaberry, Martina Navratilova, los asaltos, el Ecoloco de Odisea Burbujas, el pedo de Maria Amuchastegui, los paros generales, Saul Ubaldini, Tandarica, Mac Phantom, Paolo el Roquero, Lorena Paola (gorda), Jose Corzo Gomez, MurrayBozinsky, Trapito, los ositos cariñosos, Pinar de Rocha, Bo Derek, Gogo Safigueroa, Tatu de la Isla de la Fantasia, Juan Jose Morete, Jorgelina Aranda, Pepe payaso y Ratontito, el chupetometro de Bala, Luchiano el marciano, Milton Melgar, la crotoxina, “Teodoro&Cia, el loco Chavez, Pampita, el Gacel punta en blanco, la coupe Fuego, el Sierra XR4, Rob Lowe, Marvin Hagler, Ronald Reagan, Joan Collins, Pat Cash, Yanick Noah, los cigarrillos Zaratoga, Mister T, Quique Dapiagi, Mister Moto, Kim Bassinger, Silvestre, Clarence el leon visco, Chuck Norris, Edda Bustamante, Mochin Marafiotti, Pipo Pescador, Rogelio Roldan, Marcelo Trobbiani, la hiperhinflación, la doctora Aslan, Martillo Roldan, Rita Turdero, La Pantera de Mataderos, Leonor Benedetto, Camila Perisse, Noemi Alan, Tom Lupo…

Y por último algunas frases…
“Adianchi” Alberto Olmedo
“Buenas noches, Argentina” Sergio Villaroel
“Tu ruta es mi ruta” Anibal el number one
“un programa hecho con… amor!!!” Silvio Soldán
“Dame otra piña” Publicidad de Piña Colada
“conmigo o sin migo” Herminio Iglesias
“el avion, el avion” Tatu de la isla de la Fantasia
“quién mueve???” Mauro Viale
“Le pertenezco” Delanata
“Se me hierve la cabeza” Palmiro Caballasca
“No va a andar” Anejo W
“Fue sin querer queriendo” El Chavo
“Felices Pascuas , la casa esta en orden”
“De que estás hablando Willis?” Arnold de Blanco y Negro
“Patty te quiero ” Publicidad de Paty
“YO me quiero casar……………… y usted?” Roberto Galan
“Me encanta cuando un plan se concreta” Anibal Smith
“Yo lo como desde que era así de chiquitito” Publicidad de Chocolate Aguila “Alcoyana- Alcoyana, Capri- Capri” Berugo Carambula
“Por eso mis queridos chichipios vermut con papas fritas y Good Show” Tato Bores
“Siganme, no los voy a defraudar” Carlos Menem
“Un corte, una quebrada y en seguida volvemos”
“Le seguimos haciendo muy buena compañia” Juan Alberto Badia
“De acáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa” Alberto Olmedo
“Chicas, haganse el papanicolau” Tita Merello
“Con la democracia se come, se cura y se educa” Raul Alfonsin
“Volvete, Petronilo que la Argentina te queda chica” Carlitos Bala
“Barrilete Cosmico” Victor Hugo Morales
“no hay problema” Alf
“Savoy, savoy” Alberto Olmedo
“Se’gual” Minguito
“Oh, Charls” Caroline Ingalls
“Hala, hala, blancas palomitas” Efrain de Señorita Maestra
“VAmos a tocar un estreno… ya el segundo estreno… se llama Costumbres Argentinas y dice así…” Andres Calamaro

Solo un poco de nostalgia...

jueves, 26 de junio de 2008

El dogma de la educación pública

A proposito de esto de derribar dogmas, cito al profesor, Dr. Carlos Diego Córdoba, quien sostiene que todo concepto debe pasar por la prueba del ácido, para ver si subsiste y si estamos ante el oro de una buena idea.
La educación no es ajena a esos dogmas.

¿Hasta que punto es incuestionable la educación pública obligatoria?
O dicho de otra manera...¿es realmente educación pública la que tenemos?

Transcribo un muy buen artículo al respecto.


SEPARANDO ESCUELA Y ESTADO (tomado de http://www.atlas.org.ar/educacion/rodriguez_2.asp)
por Natalia Rodríguez


La idea de que la educación pública es uno de los grandes logros de nuestras sociedades y un elemento imprescindible para el desarrollo de un país es repetida hasta el hartazgo.
Es uno de esos típicos latiguillos de la opinión pública que han logrado instalarse con la fuerza de una verdad atemporal.
Pero una batería de argumentos separan con gran profundidad el prejuicio, la costumbre y el desconocimiento de la realidad, de los fundamentos éticos que justifican proclamar la separación de la educación y el Estado.
Esto último es lo que plantea Sheldon Richman en su libro Separando escuela y estado: cómo liberar a las familias norteamericanas editado por The Future of Freedom Foundation. La idea sustancial es -por supuesto- defender la libertad ("the issue is liberty" —la cuestión es la libertad, concluye el autor en el epílogo), aun a costa de enfrentar tarea tan ardua como la de desenmascarar uno de los mitos más comúnmente aceptados: el valor de la educación pública.
El arraigo que tiene la idea de que una de las tareas inseparables del estado es la organización de un sistema educativo es comparable con la identificación -ya superada- entre Estado y religión.
De acuerdo con Richman, igualmente importante es el rol que ha jugado la religión a lo largo de la historia y con igual criterio se ha juzgado que era algo "demasiado importante" como para dejarla librada a la esfera individual, sin que el gobierno intervenga en su promoción y administración. Sin dudas, este fue uno de los instrumentos más importantes (y lo es aún hoy) para ejercer un poder ilimitado desde el gobierno sobre el individuo.
En los países donde se ha practicado históricamente la libertad religiosa, han surgido diferentes iglesias sostenidas por sus propios seguidores, pero lejos ha estado la religión de desaparecer. La libertad ha demostrado no ser nociva sino fortalecedora.Antes podía ser impensable que el Estado no asumiera la "responsabilidad" de la vida espiritual de los individuos.
Hoy se pretende prejuiciosamente que una educación laica es sinónimo de educación neutra y buena para todos, libre de toda carga ideológica y valorativa. En vez de ver a la educación como una de las áreas en las que el poder estatal todavía tiene firmemente agarrados sus tentáculos e invade lo que concierne a los valores y a las necesidades de cada uno, se cree que el monopolio estatal en este rubro es directamente imprescindible.
Es importante destacar que el increíble poder que significa el control de la educación fue perfectamente entendido y utilizado por los regímenes más totalitarios de nuestro siglo. Tanto el comunismo como el nazismo aprovecharon este instrumento tan fabuloso en manos del Estado y lo manipularon en todas sus posibilidades para afianzar el control sobre la población.
En estos casos los valores e ideas inculcadas se destacaban especialmente por su violencia y barbarie. Esto nos lleva a preguntarnos sobre las posibilidades de control y de supresión de la libertad y la iniciativa individual que subyace al control de la educación por parte del Estado.En realidad la lógica pasa por la inversión del prejuicio: si la educación es algo tan importante para cada persona, entonces ¿cómo dejar que el Estado la monopolice? Si hay algo demostrado es que no hay mecanismo más eficiente que el mercado para proporcionar bienes y servicios. ¿Por qué sustraer a la educación a este mecanismo y entregarle semejante herramienta de dominio a gobernantes y burócratas?
Como señala Richman, a nadie se le ocurriría que la producción y distribución de comida dependiera del Estado.

El conservadorismo de siempre.


Un argumento muchas veces oido es que hay "contenidos mínimos" que todo el mundo debería saber. O que hay gente que si no es obligada prescindiría de una educación "apropiada".
Es -más allá de mostrarse a veces como una actitud "progre" a favor de las personas con menos recursos- la voz conservadora que se hace oír siempre que de obtener más libertad se trate.
El conocimiento compartimentado, rígido y coercitivo, tal como se imparte ahora, no es más que una muestra de que nunca un burócrata podrá diseñar un sistema acorde a los intereses y necesidades de todos y cada uno.
Y mientras las personas deban adaptarse al sistema, y no al revés, sólo se estará creando una ficción que necesitará ser adornada con más y más presupuestos inútiles y los resultados serán cada vez más magros. Y mientras el conocimiento avanza y se diversifica cada vez más, los alcances de esta educación mínima común serán cada vez más ridículos. Nadie puede saberlo todo, por lo cual es mejor que cada uno sepa mucho de algo (de lo que realmente le interesa).
¿Qué mente superior estableció acaso que la educación consiste en cursar 4 horas de matemática, 4 de castellano, 2 de química y 2 de artes plásticas por semana, por dar un ejemplo, o en estudiar 11 materias diferentes cada año? ¿Qué pasa con aquellos que tienen una vocación o inclinación por cierta área de conocimiento definida desde temprana edad? ¿Por qué torturar a un chico que siente un enorme atractivo por las matemáticas a tediosas horas de historia que sólo aportarán a su vida un mal recuerdo? ¿Y qué pasa con aquellos que no encuentran con tanta facilidad el objeto de su interés?
¿Es la mejor forma de estímulo la obligación o es que en cambio lo que atrapa nuestro deseo y nuestra avidez se descubre de forma más espontánea y con los estímulos apropiados? ¿No es aquello que nos interesa plenamente lo que nos induce a ampliar las fronteras de lo que conocemos y a indagar en lo que no conocemos? Hay un mito - cada vez más insostenible a medida que las áreas de conocimiento se diversifican- por el cual se considera que una persona es culta si sabe algo, digamos de historia, algo de geografía, uno o dos idiomas y entiende un poco de arte.
¿Qué pasa con el que sabe muchísimo de sistemas, algo sobre caballos y entiende sobre religión o náutica? La medida que en su oportunidad dispuso el gobierno de la provincia de Buenos Aires, bajando los niveles de exigencia mínimos para aprobar las materias -días después que los resultados de un examen de nivel de los aspirantes a ingresar a la carrera de Derecho en la Universidad de La Plata pusiera en ridículo a la educación pública- demuestra cómo los burócratas tapan con parches las fisuras de un sistema que es todo agua.
A su vez, en los ejemplos de la burocracia educativa norteamericana, que cita Richman en su libro, nos muestran que esto es una constante del sistema más allá de las latitudes.


Homeschooling: el mercado contrataca.




El Presidente de The Foundation for Economic Education (FEE), Donald J. Boudreaux, apuntaba en una reciente editorial de la revista The Freeman, el curioso fenómeno que se está dando en relación a la educación en los Estados Unidos. Se calcula que actualmente cerca de un millón de chicos son educados fuera del sistema oficial norteamericano. A esta práctica que reivindica la libertad de los padres de disponer la educación de sus hijos según los criterios que consideren más convenientes sin intervención alguna del Estado se la llama Homeschooling ("escolaridad en casa"). Cada vez más y más gente considera que es más beneficioso para sus hijos recibir enteramente su educación en casa o al menos a través de la organización de los propios padres, sin que el Estado establezca ninguna pauta o tipo de control en eso (Unschooling). Los norteamericanos están empezando a renegar de su sistema de educación oficial. ¿Pero qué significa esto, además de hablar muy mal de la educación y las escuelas norteamericanas en cuanto a la satisfacción de las expectativas de los padres? La conclusión de Boudreaux es interesantísima:
como ya había señalado Adam Smith, si hay algo que caracteriza a una sociedad y un mercado libre, es la creciente tendencia hacia la especialización y, con esto, el mejoramiento abismal en la calidad de los bienes y los servicios que se ofrecen y se consumen dentro de ese mercado.
Cuanto más desarrollada está la libertad de mercado, mayor cantidad de servicios serán prestados de manera especializada y estarán sujetos a mayores innovaciones y a su abaratamiento.
¿Qué nos está diciendo este enorme crecimiento de la "escolaridad en casa" en los Estados Unidos, considerando que en 1980 sólo abarcaba a aproximadamente 10.000 chicos?
Que en el terreno de la educación, cada vez más norteamericanos prefieren "hacerlo con sus propias manos" antes que confiar sus hijos a los supuestos especialistas en la materia. ¿Son tan malos los especialistas en educación?
Según Boudreaux simplemente no hay tales especialistas, gracias a la intervención estatal en todo lo relativo a la educación. Lo que sí existe, en cambio, es un grupo de especialistas en lobby político que procuran obtener más y más presupuesto y prerrogativas del Estado. Y si no, habrá que darse una vuelta por la Carpa Blanca Docente instalada en la Plaza del Congreso y ver para creer.La única forma de que surjan verdaderos especialistas en la materia es a través de la liberalización de la educación y así dejar que existan las condiciones para la innovación y los incentivos genuinos para emprender iniciativas orientadas a la educación.
De esta manera los especialistas se van a diferenciar de una manera notable de aquellos que no lo son y se podrá ahondar verdaderamente en los conocimientos con la consecuente multiplicación de opciones y adelantos. Ni más ni menos que en cualquier otra área del quehacer y el conocimiento donde la libertad reina. ¿Cuál es la posibilidad –ni hablar del estímulo- de producir estos adelantos ahora, con la existencia de millones de padres y alumnos como mercado cautivo?


¿Y los pobres?

Sheldon Richman demuestra que -como siempre- los más perjudicados en un sistema coercitivo que extrae recursos (impuestos) de la sociedad para sostener un sistema educativo altamente ineficiente, son los pobres. Ellos pagan un sistema que standariza para abajo y se ven forzados -no sólo por la obligatoriedad de la escolaridad, sino por falta de mayores recursos- a aceptar los colegios estatales para educar a sus hijos.
Si los recursos que son absorbidos por el estado para destinar a la educación fuesen retenidos por los ciudadanos, sin dudas ellos mismos se encargarían de proporcionar una buena educación a sus hijos y de crear asociaciones y organizaciones de todo tipo que satisficieran sus necesidades en esta materia, determinadas por ellos mismos.
El mercado se encargaría, mediante el estímulo de la competencia, de proporcionar infinidad de posibilidades, tal como lo hace con todos los demás bienes y servicios y más aun con aquellos considerados básicos -la comida, los medicamentos, la vestimenta, el transporte, la construcción-. Sin embargo siempre habrá quienes crean que en este campo es preferible una igualdad que nivele hacia abajo, antes que librar a cada uno a sus iniciativas e intereses y a su propia capacidad y creatividad para procurarse lo que cada uno considere mejor.
En el caso de los más ricos, si bien se ven sometidos a la injusticia de pagar por lo que no van a usar, gozan al menos de la posibilidad de enviar a sus hijos a instituciones privadas. Aunque es cierto que, dada la increíble cantidad de regulaciones a la que está sometida la enseñanza privada –sobre lo que más adelante nos extenderemos— las diferencias no son realmente significativas, ya que todo el sistema está teñido por una mediocridad standarizada que inhibe la creatividad propia del sector privado.
En el área donde tal vez sí se pueda señalar una diferencia clara entre ricos y pobres y que demuestra uno de los aspectos tal vez más superficiales de la falla de la educación pública es en cuanto al aprendizaje del idioma inglés. Se sabe que para aprender verdaderamente este idioma, que abre importantes puertas en el mercado laboral, hay que recurrir a la enseñanza privada. Nadie egresa de un colegio estatal con un nivel aceptable en este rubro tan evidentemente demandado.De todas maneras, esto es casi anecdótico, porque el punto central es otro: la educación está en crisis porque el sistema no funciona. Y el sistema no funciona porque está basado en la coerción. Y si hay un área donde la libertad es fundamental, ese es el campo de la enseñanza y del aprendizaje.


Las pruebas del monopolio: en la Argentina no existe la enseñanza privada.


Otro de los lugares comunes que se repiten en relación a la enseñanza es marcar la gran ventaja que tienen quienes pueden asistir a instituciones privadas y el supuesto desequilibrio que ampliaría la brecha entre ricos y pobres en caso de desregular la educación.
Es increíble cómo funciona a veces el marketing que, más allá de una realidad exasperantemente uniforme, trata de diferenciar colegios para promocionarlos. Es sorprendente cómo no se advierte que esa diferencia es meramente superficial y aparente.
La enseñanza privada en la Argentina está desde todo punto de vista intervenida y regulada por el estado y realmente si hay algo que no hay -gracias a esto- es innovación, diferenciación u originalidad.
Mucho menos libertad.Desde el horario (absurdamente militar) que deben cumplir todos los colegios de acuerdo a los turnos establecidos, hasta los programas de estudio y sus contenidos, las cargas horarias por materia, el período de recesión, las formas de evaluación, los métodos de enseñanza y la organización de los cursos (en todos los casos, sin excepción, por edades y no de acuerdo a capacidades e inclinaciones personales).
En cada una de las disposiciones queda clara una cosa: alumnos y padres no pueden ni deben elegir. No hay interés, ni voluntad ni responsabilidad individual -fundamentales para desenvolverse en la vida- a la hora de "educarse".Ni hablar de la posibilidad de que los chicos puedan elegir su formación de acuerdo a inclinaciones definidas.
¿Qué pasa con aquel que sabe a temprana edad que su vocación está en el arte? ¿O aquel que quiere dedicar su vida al deporte? ¿Y al que sólo le interesan las ciencias duras? Y el que no tiene definida su inclinación, ¿es la mejor forma para que la descubra obligarlo a transitar caminos que sabe que no le gustan?
¿No es mejor empezar por lo menos arduo, por aquello por lo que se siente al menos cierta curiosidad? ¿Y los padres no están en su legítimo derecho a decidir una u otra orientación para la educación de sus hijos? En cuanto al tan mentado "estímulo al docente", ¿qué clase de estímulo puede haber en un sistema hiper-regulado en el que no existe ningún tipo de competencia ni incentivo para superarse? Tal como ocurre en las Fuerzas Armadas, el corporativismo rabioso de los docentes argentinos ha logrado que todos sean "iguales".
El máximo de los méritos que un docente puede tener para acceder a una mayor remuneración es la antigüedad.
Uno puede ser un profesor genial, didáctico, atractivo, estimulante o creativo pero ganará exactamente lo mismo que aquel que no lo sea pero que –eso sí- tenga la misma cantidad de años frente a una clase aburriendo o "torturando alumnos". Hagamos la prueba con cualquier otra profesión o con cualquier otro bien o servicio: establezcamos precios máximos y precios mínimos, y vamos a ver qué pasa. Digámosle a los médicos que desde hoy empiezan a ganar todos lo mismo y veremos qué sucede con la medicina. O con la arquitectura, o con las empresas de fumigación, o con las editoriales...Nuevamente, el problema no está en una u otra parte del sistema, no hay una pieza que anda mal o una reforma que esté faltando. El problema está en su naturaleza misma y esto es lo último que sus beneficiarios –políticos y empleados públicos- van a admitir.
Libertad de educar.


Otra de las cosas que señala Richman en su libro, es que nadie podría predecir en realidad cuál sería el resultado específico de una liberación total de la educación. La multiplicidad de innovaciones e iniciativas que surgirían serían incontables y hasta inimaginables para nosotros hoy en día.La gente ha aprendido y ha transmitido conocimiento sobre millones de cosas durante cientos de años sin la intervención estatal.
Cómo lo haría hoy es un desafío a la imaginación y a la iniciativa del tipo de los que han llevado al hombre por un camino de creciente prosperidad a través de su historia. La competencia misma dejaría fuera a los charlatanes y a quienes proporcionaran un mal servicio. Habría escuelas religiosas, escuelas con fines de lucro, escuelas sin fines de lucro, seculares, independientes, empresariales, etc.
La gente finalmente elegirá de acuerdo a sus propios criterios, de la misma forma en que elige el culto al que pertenece o los valores que va a transmitir a sus hijos. Como Richman señala con una cita de Argenon Wells: "cómo enseñar, cómo mejorar a los chicos, son preguntas que necesitan de nuevas y avanzadas soluciones no más que cómo cultivar mejor el suelo, o cómo perfeccionar las manufacturas. Y estas mejoras no pueden darse en tanto la educación no sea libre y abierta a la competencia y a todos los estímulos que la libertad constantemente proporciona. Pero una vez que el conocimiento y las inquietudes son cerradas a estos vientos vigorizantes, ya sea por el monopolio o la subvención, o por la coerción o el paternalismo, el resultado seguro será el letargo y el estancamiento".