jueves, 26 de junio de 2008

El dogma de la educación pública

A proposito de esto de derribar dogmas, cito al profesor, Dr. Carlos Diego Córdoba, quien sostiene que todo concepto debe pasar por la prueba del ácido, para ver si subsiste y si estamos ante el oro de una buena idea.
La educación no es ajena a esos dogmas.

¿Hasta que punto es incuestionable la educación pública obligatoria?
O dicho de otra manera...¿es realmente educación pública la que tenemos?

Transcribo un muy buen artículo al respecto.


SEPARANDO ESCUELA Y ESTADO (tomado de http://www.atlas.org.ar/educacion/rodriguez_2.asp)
por Natalia Rodríguez


La idea de que la educación pública es uno de los grandes logros de nuestras sociedades y un elemento imprescindible para el desarrollo de un país es repetida hasta el hartazgo.
Es uno de esos típicos latiguillos de la opinión pública que han logrado instalarse con la fuerza de una verdad atemporal.
Pero una batería de argumentos separan con gran profundidad el prejuicio, la costumbre y el desconocimiento de la realidad, de los fundamentos éticos que justifican proclamar la separación de la educación y el Estado.
Esto último es lo que plantea Sheldon Richman en su libro Separando escuela y estado: cómo liberar a las familias norteamericanas editado por The Future of Freedom Foundation. La idea sustancial es -por supuesto- defender la libertad ("the issue is liberty" —la cuestión es la libertad, concluye el autor en el epílogo), aun a costa de enfrentar tarea tan ardua como la de desenmascarar uno de los mitos más comúnmente aceptados: el valor de la educación pública.
El arraigo que tiene la idea de que una de las tareas inseparables del estado es la organización de un sistema educativo es comparable con la identificación -ya superada- entre Estado y religión.
De acuerdo con Richman, igualmente importante es el rol que ha jugado la religión a lo largo de la historia y con igual criterio se ha juzgado que era algo "demasiado importante" como para dejarla librada a la esfera individual, sin que el gobierno intervenga en su promoción y administración. Sin dudas, este fue uno de los instrumentos más importantes (y lo es aún hoy) para ejercer un poder ilimitado desde el gobierno sobre el individuo.
En los países donde se ha practicado históricamente la libertad religiosa, han surgido diferentes iglesias sostenidas por sus propios seguidores, pero lejos ha estado la religión de desaparecer. La libertad ha demostrado no ser nociva sino fortalecedora.Antes podía ser impensable que el Estado no asumiera la "responsabilidad" de la vida espiritual de los individuos.
Hoy se pretende prejuiciosamente que una educación laica es sinónimo de educación neutra y buena para todos, libre de toda carga ideológica y valorativa. En vez de ver a la educación como una de las áreas en las que el poder estatal todavía tiene firmemente agarrados sus tentáculos e invade lo que concierne a los valores y a las necesidades de cada uno, se cree que el monopolio estatal en este rubro es directamente imprescindible.
Es importante destacar que el increíble poder que significa el control de la educación fue perfectamente entendido y utilizado por los regímenes más totalitarios de nuestro siglo. Tanto el comunismo como el nazismo aprovecharon este instrumento tan fabuloso en manos del Estado y lo manipularon en todas sus posibilidades para afianzar el control sobre la población.
En estos casos los valores e ideas inculcadas se destacaban especialmente por su violencia y barbarie. Esto nos lleva a preguntarnos sobre las posibilidades de control y de supresión de la libertad y la iniciativa individual que subyace al control de la educación por parte del Estado.En realidad la lógica pasa por la inversión del prejuicio: si la educación es algo tan importante para cada persona, entonces ¿cómo dejar que el Estado la monopolice? Si hay algo demostrado es que no hay mecanismo más eficiente que el mercado para proporcionar bienes y servicios. ¿Por qué sustraer a la educación a este mecanismo y entregarle semejante herramienta de dominio a gobernantes y burócratas?
Como señala Richman, a nadie se le ocurriría que la producción y distribución de comida dependiera del Estado.

El conservadorismo de siempre.


Un argumento muchas veces oido es que hay "contenidos mínimos" que todo el mundo debería saber. O que hay gente que si no es obligada prescindiría de una educación "apropiada".
Es -más allá de mostrarse a veces como una actitud "progre" a favor de las personas con menos recursos- la voz conservadora que se hace oír siempre que de obtener más libertad se trate.
El conocimiento compartimentado, rígido y coercitivo, tal como se imparte ahora, no es más que una muestra de que nunca un burócrata podrá diseñar un sistema acorde a los intereses y necesidades de todos y cada uno.
Y mientras las personas deban adaptarse al sistema, y no al revés, sólo se estará creando una ficción que necesitará ser adornada con más y más presupuestos inútiles y los resultados serán cada vez más magros. Y mientras el conocimiento avanza y se diversifica cada vez más, los alcances de esta educación mínima común serán cada vez más ridículos. Nadie puede saberlo todo, por lo cual es mejor que cada uno sepa mucho de algo (de lo que realmente le interesa).
¿Qué mente superior estableció acaso que la educación consiste en cursar 4 horas de matemática, 4 de castellano, 2 de química y 2 de artes plásticas por semana, por dar un ejemplo, o en estudiar 11 materias diferentes cada año? ¿Qué pasa con aquellos que tienen una vocación o inclinación por cierta área de conocimiento definida desde temprana edad? ¿Por qué torturar a un chico que siente un enorme atractivo por las matemáticas a tediosas horas de historia que sólo aportarán a su vida un mal recuerdo? ¿Y qué pasa con aquellos que no encuentran con tanta facilidad el objeto de su interés?
¿Es la mejor forma de estímulo la obligación o es que en cambio lo que atrapa nuestro deseo y nuestra avidez se descubre de forma más espontánea y con los estímulos apropiados? ¿No es aquello que nos interesa plenamente lo que nos induce a ampliar las fronteras de lo que conocemos y a indagar en lo que no conocemos? Hay un mito - cada vez más insostenible a medida que las áreas de conocimiento se diversifican- por el cual se considera que una persona es culta si sabe algo, digamos de historia, algo de geografía, uno o dos idiomas y entiende un poco de arte.
¿Qué pasa con el que sabe muchísimo de sistemas, algo sobre caballos y entiende sobre religión o náutica? La medida que en su oportunidad dispuso el gobierno de la provincia de Buenos Aires, bajando los niveles de exigencia mínimos para aprobar las materias -días después que los resultados de un examen de nivel de los aspirantes a ingresar a la carrera de Derecho en la Universidad de La Plata pusiera en ridículo a la educación pública- demuestra cómo los burócratas tapan con parches las fisuras de un sistema que es todo agua.
A su vez, en los ejemplos de la burocracia educativa norteamericana, que cita Richman en su libro, nos muestran que esto es una constante del sistema más allá de las latitudes.


Homeschooling: el mercado contrataca.




El Presidente de The Foundation for Economic Education (FEE), Donald J. Boudreaux, apuntaba en una reciente editorial de la revista The Freeman, el curioso fenómeno que se está dando en relación a la educación en los Estados Unidos. Se calcula que actualmente cerca de un millón de chicos son educados fuera del sistema oficial norteamericano. A esta práctica que reivindica la libertad de los padres de disponer la educación de sus hijos según los criterios que consideren más convenientes sin intervención alguna del Estado se la llama Homeschooling ("escolaridad en casa"). Cada vez más y más gente considera que es más beneficioso para sus hijos recibir enteramente su educación en casa o al menos a través de la organización de los propios padres, sin que el Estado establezca ninguna pauta o tipo de control en eso (Unschooling). Los norteamericanos están empezando a renegar de su sistema de educación oficial. ¿Pero qué significa esto, además de hablar muy mal de la educación y las escuelas norteamericanas en cuanto a la satisfacción de las expectativas de los padres? La conclusión de Boudreaux es interesantísima:
como ya había señalado Adam Smith, si hay algo que caracteriza a una sociedad y un mercado libre, es la creciente tendencia hacia la especialización y, con esto, el mejoramiento abismal en la calidad de los bienes y los servicios que se ofrecen y se consumen dentro de ese mercado.
Cuanto más desarrollada está la libertad de mercado, mayor cantidad de servicios serán prestados de manera especializada y estarán sujetos a mayores innovaciones y a su abaratamiento.
¿Qué nos está diciendo este enorme crecimiento de la "escolaridad en casa" en los Estados Unidos, considerando que en 1980 sólo abarcaba a aproximadamente 10.000 chicos?
Que en el terreno de la educación, cada vez más norteamericanos prefieren "hacerlo con sus propias manos" antes que confiar sus hijos a los supuestos especialistas en la materia. ¿Son tan malos los especialistas en educación?
Según Boudreaux simplemente no hay tales especialistas, gracias a la intervención estatal en todo lo relativo a la educación. Lo que sí existe, en cambio, es un grupo de especialistas en lobby político que procuran obtener más y más presupuesto y prerrogativas del Estado. Y si no, habrá que darse una vuelta por la Carpa Blanca Docente instalada en la Plaza del Congreso y ver para creer.La única forma de que surjan verdaderos especialistas en la materia es a través de la liberalización de la educación y así dejar que existan las condiciones para la innovación y los incentivos genuinos para emprender iniciativas orientadas a la educación.
De esta manera los especialistas se van a diferenciar de una manera notable de aquellos que no lo son y se podrá ahondar verdaderamente en los conocimientos con la consecuente multiplicación de opciones y adelantos. Ni más ni menos que en cualquier otra área del quehacer y el conocimiento donde la libertad reina. ¿Cuál es la posibilidad –ni hablar del estímulo- de producir estos adelantos ahora, con la existencia de millones de padres y alumnos como mercado cautivo?


¿Y los pobres?

Sheldon Richman demuestra que -como siempre- los más perjudicados en un sistema coercitivo que extrae recursos (impuestos) de la sociedad para sostener un sistema educativo altamente ineficiente, son los pobres. Ellos pagan un sistema que standariza para abajo y se ven forzados -no sólo por la obligatoriedad de la escolaridad, sino por falta de mayores recursos- a aceptar los colegios estatales para educar a sus hijos.
Si los recursos que son absorbidos por el estado para destinar a la educación fuesen retenidos por los ciudadanos, sin dudas ellos mismos se encargarían de proporcionar una buena educación a sus hijos y de crear asociaciones y organizaciones de todo tipo que satisficieran sus necesidades en esta materia, determinadas por ellos mismos.
El mercado se encargaría, mediante el estímulo de la competencia, de proporcionar infinidad de posibilidades, tal como lo hace con todos los demás bienes y servicios y más aun con aquellos considerados básicos -la comida, los medicamentos, la vestimenta, el transporte, la construcción-. Sin embargo siempre habrá quienes crean que en este campo es preferible una igualdad que nivele hacia abajo, antes que librar a cada uno a sus iniciativas e intereses y a su propia capacidad y creatividad para procurarse lo que cada uno considere mejor.
En el caso de los más ricos, si bien se ven sometidos a la injusticia de pagar por lo que no van a usar, gozan al menos de la posibilidad de enviar a sus hijos a instituciones privadas. Aunque es cierto que, dada la increíble cantidad de regulaciones a la que está sometida la enseñanza privada –sobre lo que más adelante nos extenderemos— las diferencias no son realmente significativas, ya que todo el sistema está teñido por una mediocridad standarizada que inhibe la creatividad propia del sector privado.
En el área donde tal vez sí se pueda señalar una diferencia clara entre ricos y pobres y que demuestra uno de los aspectos tal vez más superficiales de la falla de la educación pública es en cuanto al aprendizaje del idioma inglés. Se sabe que para aprender verdaderamente este idioma, que abre importantes puertas en el mercado laboral, hay que recurrir a la enseñanza privada. Nadie egresa de un colegio estatal con un nivel aceptable en este rubro tan evidentemente demandado.De todas maneras, esto es casi anecdótico, porque el punto central es otro: la educación está en crisis porque el sistema no funciona. Y el sistema no funciona porque está basado en la coerción. Y si hay un área donde la libertad es fundamental, ese es el campo de la enseñanza y del aprendizaje.


Las pruebas del monopolio: en la Argentina no existe la enseñanza privada.


Otro de los lugares comunes que se repiten en relación a la enseñanza es marcar la gran ventaja que tienen quienes pueden asistir a instituciones privadas y el supuesto desequilibrio que ampliaría la brecha entre ricos y pobres en caso de desregular la educación.
Es increíble cómo funciona a veces el marketing que, más allá de una realidad exasperantemente uniforme, trata de diferenciar colegios para promocionarlos. Es sorprendente cómo no se advierte que esa diferencia es meramente superficial y aparente.
La enseñanza privada en la Argentina está desde todo punto de vista intervenida y regulada por el estado y realmente si hay algo que no hay -gracias a esto- es innovación, diferenciación u originalidad.
Mucho menos libertad.Desde el horario (absurdamente militar) que deben cumplir todos los colegios de acuerdo a los turnos establecidos, hasta los programas de estudio y sus contenidos, las cargas horarias por materia, el período de recesión, las formas de evaluación, los métodos de enseñanza y la organización de los cursos (en todos los casos, sin excepción, por edades y no de acuerdo a capacidades e inclinaciones personales).
En cada una de las disposiciones queda clara una cosa: alumnos y padres no pueden ni deben elegir. No hay interés, ni voluntad ni responsabilidad individual -fundamentales para desenvolverse en la vida- a la hora de "educarse".Ni hablar de la posibilidad de que los chicos puedan elegir su formación de acuerdo a inclinaciones definidas.
¿Qué pasa con aquel que sabe a temprana edad que su vocación está en el arte? ¿O aquel que quiere dedicar su vida al deporte? ¿Y al que sólo le interesan las ciencias duras? Y el que no tiene definida su inclinación, ¿es la mejor forma para que la descubra obligarlo a transitar caminos que sabe que no le gustan?
¿No es mejor empezar por lo menos arduo, por aquello por lo que se siente al menos cierta curiosidad? ¿Y los padres no están en su legítimo derecho a decidir una u otra orientación para la educación de sus hijos? En cuanto al tan mentado "estímulo al docente", ¿qué clase de estímulo puede haber en un sistema hiper-regulado en el que no existe ningún tipo de competencia ni incentivo para superarse? Tal como ocurre en las Fuerzas Armadas, el corporativismo rabioso de los docentes argentinos ha logrado que todos sean "iguales".
El máximo de los méritos que un docente puede tener para acceder a una mayor remuneración es la antigüedad.
Uno puede ser un profesor genial, didáctico, atractivo, estimulante o creativo pero ganará exactamente lo mismo que aquel que no lo sea pero que –eso sí- tenga la misma cantidad de años frente a una clase aburriendo o "torturando alumnos". Hagamos la prueba con cualquier otra profesión o con cualquier otro bien o servicio: establezcamos precios máximos y precios mínimos, y vamos a ver qué pasa. Digámosle a los médicos que desde hoy empiezan a ganar todos lo mismo y veremos qué sucede con la medicina. O con la arquitectura, o con las empresas de fumigación, o con las editoriales...Nuevamente, el problema no está en una u otra parte del sistema, no hay una pieza que anda mal o una reforma que esté faltando. El problema está en su naturaleza misma y esto es lo último que sus beneficiarios –políticos y empleados públicos- van a admitir.
Libertad de educar.


Otra de las cosas que señala Richman en su libro, es que nadie podría predecir en realidad cuál sería el resultado específico de una liberación total de la educación. La multiplicidad de innovaciones e iniciativas que surgirían serían incontables y hasta inimaginables para nosotros hoy en día.La gente ha aprendido y ha transmitido conocimiento sobre millones de cosas durante cientos de años sin la intervención estatal.
Cómo lo haría hoy es un desafío a la imaginación y a la iniciativa del tipo de los que han llevado al hombre por un camino de creciente prosperidad a través de su historia. La competencia misma dejaría fuera a los charlatanes y a quienes proporcionaran un mal servicio. Habría escuelas religiosas, escuelas con fines de lucro, escuelas sin fines de lucro, seculares, independientes, empresariales, etc.
La gente finalmente elegirá de acuerdo a sus propios criterios, de la misma forma en que elige el culto al que pertenece o los valores que va a transmitir a sus hijos. Como Richman señala con una cita de Argenon Wells: "cómo enseñar, cómo mejorar a los chicos, son preguntas que necesitan de nuevas y avanzadas soluciones no más que cómo cultivar mejor el suelo, o cómo perfeccionar las manufacturas. Y estas mejoras no pueden darse en tanto la educación no sea libre y abierta a la competencia y a todos los estímulos que la libertad constantemente proporciona. Pero una vez que el conocimiento y las inquietudes son cerradas a estos vientos vigorizantes, ya sea por el monopolio o la subvención, o por la coerción o el paternalismo, el resultado seguro será el letargo y el estancamiento".

viernes, 20 de junio de 2008

Toda inmigración es calificada

Después de mucho ver y andar ...uno llega a la conclusión de que toda inmigración es calificada.


La maraña de prejuicios es exactamente la misma ...practicamente en todos lados.


Se ve que aqui nadie inventó la pólvora en esto de ser prejuicioso...precisamente aqui, en esta parte del mundo que es tierra de inmigrantes.


Transcribo un interesante artículo del escritor cubano, Carlos Montaner, a proposito de la imbecilidad de Bush de querer alambrar la frontera.







El buen negocio de recibir inmigrantes
por Carlos Alberto Montaner
Firmas Press
Jueves 27 de Abril de 2006
Los inmigrantes no son bienvenidos en ninguna parte. Lo sé de primera mano. He emigrado tres veces en mi vida (a Estados Unidos, a Puerto Rico y a España) y en todas las oportunidades he escuchado las mismas cinco quejas:
Los extranjeros nos quitan los trabajos
Aceptan sueldos más bajos y perjudican a los trabajadores locales
Cometen la mayor parte de los delitos
Abusan desproporcionadamente de nuestros servicios sociales
No cumplen con las leyes ni con las reglas de convivencia social de nuestra comunidad

Por eso me pareció fabuloso escuchar a Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), decir exactamente lo contrario en una conferencia dictada en la Florida International University de Miami el pasado 3 de abril, en el preciso momento en que decenas de miles de inmigrantes ilegales hispanos se manifestaban en las calles de veinte ciudades norteamericanas para solicitar permisos de trabajo y residencia.
Según esta abogada y política, ex ministra de Educación y ex presidenta del Senado, la región que ella gobierna es la más rica de España y ha alcanzado un treinta por ciento más de ingreso per cápita que la media de la Unión Europea, como consecuencia, fundamentalmente, del trabajo incesante de la riada de inmigrantes que, literalmente, ha invadido la CAM en los últimos seis años hasta alcanzar el 15 por ciento del censo.
Gracias a los inmigrantes --la mayor parte de ellos ecuatorianos, colombianos, argentinos, dominicanos, rumanos y magrebíes-- el número de personas que contribuyen al seguro social ha aumentado sustancialmente en beneficio de una población que envejecía peligrosamente sin aportar suficientes reemplazos a la fuerza laboral. Y esa presencia masiva, lejos de disminuir los salarios reales de los trabajadores o de aumentar el número de españoles desem-
pleados, había provocado el efecto contrario: más transacciones comerciales, más capital creado y acumulado, más empresas pequeñas y medianas, más ofertas de trabajo. Mientras en la Unión Europea la tasa de desempleo se sitúa muy cerca del 10 por ciento, en Madrid es la mitad.



La historia brillantemente contada por Esperanza Aguirre se ha verificado mil veces. Los alemanes, escoceses, irlandeses, italianos, polacos --cristianos y judíos-- hicieron grande y poderoso a Estados Unidos.


Los bolsones de prosperidad que uno encuentra en Honduras, Guayaquil o Panamá no se explican sin el enérgico aporte de turcos y hebreos. Los japoneses son el componente étnico más dinámico de la economía brasilera o peruana.


La edad de oro de Argentina fue la de la llegada de millones de italianos, gallegos y judíos centroeuropeos ansiosos por reconstruir sus magulladas vidas. Venezuela fue uno de los países de mayor crecimiento sostenido a lo largo del siglo XX mientras mantuvo sus puertas abiertas a la inmigración portuguesa, española e italiana.
Jamás perjudican un cerebro o dos brazos con ganas de trabajar. Existe el fuego del inmigrante. Lo he comprobado. Lo he visto repetidas veces. Es esa necesidad casi neurótica de esforzarse en crear y acumular riquezas rápidamente porque se tiene la sensación de que el tiempo transcurrido en nuestro país de origen ha sido inútilmente malgastado.


Por supuesto, para los países receptores de inmigrantes es más conveniente darle la bienvenida a un neurocirujano que a un humilde peón agrícola, pero ambos recién llegados son un buen ''negocio'' para la nación que los acoge. El neurocirujano trae en su cabeza y en la destreza de sus dedos una educación y una práctica que valen millones de dólares, pero el recogedor de tomates hace también un aporte neto al sitio que lo recibe.


Generalmente es una persona joven, hombre o mujer, que va a desempeñar un trabajo que ya nadie quiere hacer en las sociedades desarrolladas.
El argumento nacionalista contra los mexicanos --ochenta por ciento de los inmigrantes ilegales-- no se sostiene. La idea de que se mantienen emocionalmente vinculados a su país de origen y no se integran en la sociedad americana no se confirma en la práctica. Es al revés: luchan por integrarse. Los residentes legales se hacen ciudadanos tan pronto pueden. Sus hijos ya son raigalmente norteamericanos. Los nietos (lamentablemente) apenas hablan español, privándose con ello, por cierto, de las ventajas del bilingüismo y del biculturalismo, dualidad que suele aportar una forma más rica y profunda de entender la realidad.

Francamente, no buscar una solución inteligente y acelerada para abrirles espacio a los inmigrantes ilegales, más que un castigo a los violadores de las leyes me parece una absurda medida punitiva contra el propio pueblo norteamericano.

viernes, 13 de junio de 2008

Dogmas y neuronas



Era el mes de Mayo de 1986, en la cátedra de Biología, de la Universidad de Buenos Aires, cuando intentaba estudiar Medicina.


Un profesor nos recitó el siguiente dogma:


"Todas las células se reproducen,menos las neuronas"




Y no nos cerraba.


Una neurona mide una fracción de un milímetro. Está sujeta a deterioro constante, a la acción del oxígeno, al intercambio electrico... se desgasta, se muere. Si se nos van muriendo las neuronas, eso quiere decir que cada vez podemos aprender menos. Y la experiencia demuestra lo contrario.


Hay personas que vivieron más de cien años...entonces ¿una célula puede vivir eso?


Se lo preguntamos. Dimos nuestros argumentos.


Y nos contestó con un implacable:NO. Así lo demuestra el fisiólogo Ramón y Cajal.


Las neuronas no se reproducen. Y punto.




He ahí el dogma.


Pasaron los años...y se demostró lo contrario, en el año 2005. Transcribo un buen artículo sobre ese tema:




Las neuronas se reproducen si se les da una oportunidad.


El aprendizaje constante, la vida social y el movimiento parecen ser las claves de la salud y regeneración cerebral, y también la solución para la depresión y la enfermedad de Alzheimer. Que la actividad física, el contacto con los demás y la creatividad, aun a edad avanzada, nos mantienen sanos y jóvenes no es ningún secreto. Ahora, estudios científicos comprueban que, si se le ofrecen los estímulos correctos, el cerebro adulto es capaz de producir nuevas neuronas y curarse a sí mismo.




Nuevas neuronas: fuente de salud y larga vida


Rebatiendo definitivamente la tesis de Ramón y Cajal (1928) y posteriores, que afirmaban que el cerebro adulto es rígido e incapaz de regenerarse, las investigaciones neurológicas de diferentes equipos en EE.UU. y Europa abren nuevas perspectivas en la comprensión del funcionamiento de dicho órgano. Según Gerd Kempermann, del Centro Max Planck de Medicina Molecular de Berlín, a Der Spiegel: Pudimos observar que el cerebro nunca deja de desarrollarse, lo hace durante toda la vida?. Luego de diferentes experimentos en animales, en 1998 fue posible demostrar la reproducción neuronal en humanos. Neurólogos suecos y estadounidenses la estudiaron en pacientes con cáncer terminal a quienes se les había inyectado sustancias radioactivas, marcando así los eslabones del DNA de sus células. Estos eslabones marcados se encontraban también en las neuronas, y así pudo comprobarse que, hasta el día en que murieron a causa del tumor, éstas no dejaron de reproducirse. Desde entonces se sabe que, día a día, varios miles de nuevas neuronas nacen en el hipocampo. En comparación con los cientos de miles de millones de que está compuesto el cerebro, unas miles parecerían no tener importancia. Sin embargo, estas nuevas células son más excitables que las antiguas. Bastan unas pocas neuronas nuevas para cambiar profundamente la red arquitectónica del cerebro?, afirma Kempermann.


Aprendizaje contra depresión y vejez:


Leer, jugar a las cartas, aprender un idioma, practicar un instrumento musical, hacer malabarismo o armar rompecabezas, todo esto propicia el regeneramiento neuronal. Robert Friedland, neurólogo de la Case Western Reserv University en Cleveland, Ohio, piensa que todo está relacionado con el aprendizaje?. Los psicólogos Ulman Lindenberger y Martin Livden, del Instituto Max Planck de Berlín, por su parte, resumen que la vida social cumple un papel predominante y de protección, ya que tiene efectos estimulantes para el cerebro y el comportamiento.? No es, según ellos, nuestra capacidad mental la que nos mantiene jóvenes, sino una vida social satisfactoria la que reaviva y aumenta nuestra capacidad mental. Esa sería, según los científicos, la clave de la juventud, a cualquier edad.




Es decir, que la pérdida del rendimiento intelectual y la memoria no son procesos inexorables, sino que pueden ser influenciados a través de un determinado estilo de vida.


El cerebro, órgano moldeable


Diversos experimentos prueban no sólo la plasticidad del cerebro, sino también su capacidad para sanarse a sí mismo, siempre y cuando se le ofrezcan estímulos para el aprendizaje y el intercambio social.


Asimismo, la actividad física es un abono importante para el crecimiento de nuevas neuronas. Y, a su vez, el hecho de contar con más neuronas permite al ser humano buscar nuevos desafíos en todos los aspectos, lo cual lo mantiene física y mentalmente joven. El descubrimiento de la neurogénesis modificó no sólo la imagen del cerebro sano, sino también la comprensión sobre sus enfermedades. Hasta hace poco se creía que la demencia senil y el Parkinson eran causadas por muerte neuronal. Ahora la ciencia se plantea el revés de la cuestión: ??¿Surgen dichas enfermedades porque el cerebro no produce nuevas neuronas? Esto se aplicaría también a dificultades en el aprendizaje, depresiones, alcoholismo y esquizofrenia. La revista alemana Der Nervenartz informa que la investigación de la neurogénesis se está transformando en uno de los proyectos más prometedores de la neurología moderna. La industria farmacéutica estudia ya la producción de medicamentos para estimular las áreas cerebrales inactivas y permitir que el cerebro se cure a sí mismo.




El cerebro no es una computadora inmodificable


, dice el neurólogo e investigador Fred Gage, del Salk Institute de California. Es una órgano moldeable, de carne, sangre y células nerviosas. Los cambios en este órgano pueden controlarse.? Nuestra capacidad de comprensión no depende sólo de nuestros genes, sino más bien de nuestro estilo de vida. Que el cerebro genere nuevas neuronas o no, depende en mucho de las oportunidades que le ofrecemos para que esto suceda. AutorCP ??© Deutsche Welle http://www.chilepd.cl/content/view/1499/Las_neuronas_se_reproducen.html




Resumiendo:


Me queda claro algo:Lo que lleva a la muerte de las neuronas, es aceptar los dogmas.

sábado, 7 de junio de 2008

Legitima defensa


La legitima defensa , desde la pluma de Arturo Perez Reverte




Pues sí, chico.

Ya ves. Toda la vida diciéndote tus viejos y tus profesores que hay que tener buen rollito, que la violencia es mala y que el diálogo resuelve todo problema. Y tú, creyéndotelo.

Y resulta que el otro día, cuando ibas de marcha con tu novia y tus amigos sin meterte con nadie, un grupo de macarras se bajó de las motos y os infló a hostias por la cara, oye, sólo por pasar el rato, y al que más le dieron fue a ti, justo cuando hacías con los dedos la uve de paz, colegas, pis, pis, decías en inglés, que suena más globalizado y dialogante.

Peace, colegas.

Pero los colegas, que no debían de puchar el guiri, se pasaron la uve por el forro, y te pusieron guapo. Y date con un canto en los dientes –los pocos que aún tienes sanos– de que encima no le picaran el billete a tu churri.Y sorprende, claro. Con tu buena educación y todo eso. La violencia es mala, etcétera.

Y claro, sí. En principio, lo es. Pero también resulta útil para la defensa, o la supervivencia. Si tus abuelos no hubieran peleado por cazar y sobrevivir, no existirías hoy. O recuerda Sarajevo, hace nada.

Y así. Sin la capacidad de luchar cuando no hubo más remedio, tu estirpe se habría extinguido como otras –más débiles o pacíficas– se extinguieron.

Ahora vives en una democracia donde eso parece innecesario. Aquí, la renuncia del ciudadano a liar pajarracas individuales se fundamenta en que el Estado asume el monopolio de la violencia para emplearla con sensatez cuando las circunstancias lo hagan inevitable.

Dicho de otro modo: la gente no anda armada y dándose estiba porque es el Estado quien, mediante las fuerzas armadas y la policía, administra la violencia exterior e interior con métodos respaldados por las leyes, el Parlamento, etcétera.

Ésa es la razón de que, un suponer, cuando alguien esgrime un baldeo y te dice afloja la viruta y el peluco, tú no saques una chata y le vueles los huevos al malandro, sino que estés obligado a mirar alrededor, paciente, en espera de que un policía se haga cargo del asunto, proteja tu propiedad privada y conduzca al agresor a un lugar donde quede neutralizado como peligro social.Pero eso es en teoría.

Tu problema, chaval, es que te han educado para ser el corderito de Norit antes de que los lobos desaparezcan. O lo que es peor, cuando ya sabemos que no van a desaparecer. Dicho de otra manera, olvidaron enseñarte a pelear por si fallaban los besitos en la boca, los policías, los jueces, las oenegés y los soldados sin fronteras. Por eso en ciertos ambientes y circunstancias lo tienes crudo: un toro capado y sin cuernos sólo sobrevive entre bueyes. En lo que llamamos Occidente, gracias a una espléndida tradición grecolatina, humanista e ilustrada, los derechos y las libertades alcanzan hoy cotas admirables, merced a la confianza de los ciudadanos en mecanismos democráticos garantizados por leyes convenientes y justas. Dicho en fácil: hemos convenido, por ejemplo, que ante un semáforo en rojo los coches se detengan, porque eso mejora el tráfico y la convivencia. El problema surge cuando un hijo de puta –condición propia, siento comunicártelo, de la naturaleza humana– pasa de semáforos y circula a su bola. Entonces, quienes se detienen con la luz roja están en inferioridad de condiciones, desvalidos ante quien aprovecha para colarse, llegar antes y hacerse el amo de la calle.Y ése es tu problema: la indefensión de quien respeta el semáforo cuando otros no lo hacen. Unos por falta de costumbre, pues vienen de donde no hay señales de tráfico, o no funcionan. Otros, los de aquí, porque se nos fueron de las manos y no somos capaces de darles educación vial ni de la otra. Y claro: a veces algunos de ellos ceden a la tentación de utilizar el semáforo contra quienes, prisioneros de él, lo respetan. Contando, naturalmente, con la pasividad cómplice de aquellos a quienes corresponde el control del asunto, que suelen permanecer paralizados por el miedo a que los llamen autoritarios y poco enrollados, hasta que de pronto se acojonan y sacan los tanques a la calle, o preparan el camino para que otros matarifes los saquen. Contradicción, ésta, característica del espejismo en que vivimos: un mundo socialmente correcto, donde todo ejercicio de autoridad o violencia legítima, por razonable que sea, queda desacreditado gracias a tanto cantamañanas que vive de la milonga y el cuento chino.Arturo Pérez-Reverté

jueves, 5 de junio de 2008

La coherencia...un bien escaso.

Extraído de la pagina:


En un escueto comunicado, desde La Habana, el trovador cubano Silvio Rodríguez señala su intención de radicarse a partir del año 2008, en Santiago de Chile. Según señala "desde hace años que me había planteado este desafío, de invadir América desde el sur. Esto por los fuertes lazos de cariño que tengo con el pueblo chileno, por la gran cantidad de buenos amigos que hay en esas tierras y la gran posibilidad -cual vikingo- de invadir América desde el sur", ironiza Silvio Rodríguez. Rodríguez se radica indefinidamente en Chile, y espera concretar la realización de dos nuevas producciones, las que serán grabadas entre Santiago y La Habana. Además de apoyar a "la gran cantidad de jóvenes trovadores latinoamericanos, que necesitan de un apoyo importante", indica Rodríguez. Otro de los proyectos que se le a presentado al trovador, es la musicalización de una producción fílmica chileno-española, que dirigirá Pedro Almodóvar. "trabajar con Almodóvar, sin duda que es un desafío monumental y superhumano".


Celebro la decisión del poeta y cantautor cubano, y de corazón hago mis votos para que todos los cubanos puedan hacer lo mismo que él: o sea, decidir cuando y como salir de su país y volver cuando quieran.

Celebro su decisión de imaginarse como invasor vikingo, cuando en realidad es un bienvenido poeta.

Así también la posibilidad de incursionar en el séptimo arte, sin que se vea obligado a hacerlo.

Celebro que pueda replantear su vida como le parezca mejor.

Celebro que sea dueño de sí mismo.


Lástima que me cuesta olvidar las estrofas de esa canción que le pertenece, cuando dice:

"Para darme un lugarcito en sus altares (...)

Me vienen a convidar a indefinirme

me vienen a convidar a que no pierda

me vienen a convidar a arrepentirme

me vienen a convidar de tanta mierda

Yo no sé lo que es el destino

Caminando fui lo que fui

(...)

Yo me muero como viví"...




Tanto como Ariel Dorfman, autor del libro "Para leer el Pato Donald" (que era una singular interpretación de Walt Disney como herramienta del colonialismo), quien fuera funcionario de Allende en el gobierno socialista de Chile... y que eligió como destino de exilio (ante el criminal golpe de Estado de Pinochet)...¿Cuba? ¿La Unión Soviética? ¿China?. No, ...los EEUU.


Todos tenemos el derecho a cambiar de idea...pero corresponde al menos dar explicaciones y , porque no, pedir disculpas si uno se equivocó y en el camino convenció a alguien más.

De cualquier manera, bienvenido Sr. Rodríguez a esta parte del mundo, donde no necesitará permiso para entrar , salir y ser dueño de lo que Ud. gane con su trabajo.