viernes, 20 de junio de 2008

Toda inmigración es calificada

Después de mucho ver y andar ...uno llega a la conclusión de que toda inmigración es calificada.


La maraña de prejuicios es exactamente la misma ...practicamente en todos lados.


Se ve que aqui nadie inventó la pólvora en esto de ser prejuicioso...precisamente aqui, en esta parte del mundo que es tierra de inmigrantes.


Transcribo un interesante artículo del escritor cubano, Carlos Montaner, a proposito de la imbecilidad de Bush de querer alambrar la frontera.







El buen negocio de recibir inmigrantes
por Carlos Alberto Montaner
Firmas Press
Jueves 27 de Abril de 2006
Los inmigrantes no son bienvenidos en ninguna parte. Lo sé de primera mano. He emigrado tres veces en mi vida (a Estados Unidos, a Puerto Rico y a España) y en todas las oportunidades he escuchado las mismas cinco quejas:
Los extranjeros nos quitan los trabajos
Aceptan sueldos más bajos y perjudican a los trabajadores locales
Cometen la mayor parte de los delitos
Abusan desproporcionadamente de nuestros servicios sociales
No cumplen con las leyes ni con las reglas de convivencia social de nuestra comunidad

Por eso me pareció fabuloso escuchar a Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), decir exactamente lo contrario en una conferencia dictada en la Florida International University de Miami el pasado 3 de abril, en el preciso momento en que decenas de miles de inmigrantes ilegales hispanos se manifestaban en las calles de veinte ciudades norteamericanas para solicitar permisos de trabajo y residencia.
Según esta abogada y política, ex ministra de Educación y ex presidenta del Senado, la región que ella gobierna es la más rica de España y ha alcanzado un treinta por ciento más de ingreso per cápita que la media de la Unión Europea, como consecuencia, fundamentalmente, del trabajo incesante de la riada de inmigrantes que, literalmente, ha invadido la CAM en los últimos seis años hasta alcanzar el 15 por ciento del censo.
Gracias a los inmigrantes --la mayor parte de ellos ecuatorianos, colombianos, argentinos, dominicanos, rumanos y magrebíes-- el número de personas que contribuyen al seguro social ha aumentado sustancialmente en beneficio de una población que envejecía peligrosamente sin aportar suficientes reemplazos a la fuerza laboral. Y esa presencia masiva, lejos de disminuir los salarios reales de los trabajadores o de aumentar el número de españoles desem-
pleados, había provocado el efecto contrario: más transacciones comerciales, más capital creado y acumulado, más empresas pequeñas y medianas, más ofertas de trabajo. Mientras en la Unión Europea la tasa de desempleo se sitúa muy cerca del 10 por ciento, en Madrid es la mitad.



La historia brillantemente contada por Esperanza Aguirre se ha verificado mil veces. Los alemanes, escoceses, irlandeses, italianos, polacos --cristianos y judíos-- hicieron grande y poderoso a Estados Unidos.


Los bolsones de prosperidad que uno encuentra en Honduras, Guayaquil o Panamá no se explican sin el enérgico aporte de turcos y hebreos. Los japoneses son el componente étnico más dinámico de la economía brasilera o peruana.


La edad de oro de Argentina fue la de la llegada de millones de italianos, gallegos y judíos centroeuropeos ansiosos por reconstruir sus magulladas vidas. Venezuela fue uno de los países de mayor crecimiento sostenido a lo largo del siglo XX mientras mantuvo sus puertas abiertas a la inmigración portuguesa, española e italiana.
Jamás perjudican un cerebro o dos brazos con ganas de trabajar. Existe el fuego del inmigrante. Lo he comprobado. Lo he visto repetidas veces. Es esa necesidad casi neurótica de esforzarse en crear y acumular riquezas rápidamente porque se tiene la sensación de que el tiempo transcurrido en nuestro país de origen ha sido inútilmente malgastado.


Por supuesto, para los países receptores de inmigrantes es más conveniente darle la bienvenida a un neurocirujano que a un humilde peón agrícola, pero ambos recién llegados son un buen ''negocio'' para la nación que los acoge. El neurocirujano trae en su cabeza y en la destreza de sus dedos una educación y una práctica que valen millones de dólares, pero el recogedor de tomates hace también un aporte neto al sitio que lo recibe.


Generalmente es una persona joven, hombre o mujer, que va a desempeñar un trabajo que ya nadie quiere hacer en las sociedades desarrolladas.
El argumento nacionalista contra los mexicanos --ochenta por ciento de los inmigrantes ilegales-- no se sostiene. La idea de que se mantienen emocionalmente vinculados a su país de origen y no se integran en la sociedad americana no se confirma en la práctica. Es al revés: luchan por integrarse. Los residentes legales se hacen ciudadanos tan pronto pueden. Sus hijos ya son raigalmente norteamericanos. Los nietos (lamentablemente) apenas hablan español, privándose con ello, por cierto, de las ventajas del bilingüismo y del biculturalismo, dualidad que suele aportar una forma más rica y profunda de entender la realidad.

Francamente, no buscar una solución inteligente y acelerada para abrirles espacio a los inmigrantes ilegales, más que un castigo a los violadores de las leyes me parece una absurda medida punitiva contra el propio pueblo norteamericano.

2 comentarios:

Carlos Diego Córdoba (PhD) dijo...

Mi querido Corsario, lo que hay que hacer es demandar a España por los inmigrantes ilegales que mandó a estos lugares con un tipo llamado Colón.

Para peor, tengo entendido que los acompañantes del inmigrante ilegal, eran todos salidos de las cárceles.

Como primera medida indemnizatoria propongo que el Rey Don Juan Carlos ceda los derechos para el ring tone, "por que no te callas",

En realidad es para los que escriben leyes en la esclerótica europa "por que no dejan de escribir boludeces"

Un abrazo desde el ciber espacio, donde las fronteras no existen, y ahora mismo estoy en una interesante discusión con unos blogger de las Islas Marianas (cercanas a Japón, ex colonia de los españoles, donde se habla el chamorro, algo así como el papiamento que se habla en el caribe)

Corsario dijo...

Así parece , Carlos.
Felipe Pigna en "Los mitos de la Historia" hace una muy interesante disquisición sobre las dos Españas.
La España negra, con todas sus asquerosas implicancias que hasta hoy subsisten...y la España en mi corazón de Gonzalez Tuñón...la España del pueblo español, amable y agradecida, la España de los refugiados por la guerra civil, la que hizo colectas y ofrecía mandar comida y medicamentos en la crisis del 2001.
Y como dice Gonzalez Tuñón..."una de las dos Españas, ha de helarte el corazón"
Vamos a ver cuanto dura ese castillo de naipes que se llama Comunidad Economica Europea.
Algo me dice que no falta mucho para otro aluvión inmigratorio, que probablemente comience desde los Urales y tengamos algunos gallegos por aqui, cuando se les acabe el chorro de gastar a cuenta, como lo vienen haciendo.